lunes, 9 de julio de 2007

Jugando con la arena (II)

Los hombros del ángel se estremecían mientras lloraba y el mundo entero pudo sentir su dolor”. Alex se quedó frente a la pantalla y leyó la frase una y otra vez. Tenía el final del relato pero no podía escribir el principio. Tal vez era excesivamente pronto para eso.

Apagó el ordenador con un suspiro y se estiró en la silla. Desde que llegó al pueblo no había parado de escribir. Probablemente sus circunstancias personales hacían de escribir una terapia más que un trabajo. Pero hoy la inspiración no estaba de su lado.

Se levantó y sin dejar de dar vueltas a lo mismo una y otra vez, se dirigió hacia el cuarto de baño. Abrió el grifo sin atreverse a levantar la vista. Se cubrió el rostro de agua helada y esperó unos segundos antes de contemplar su reflejo.

La mirada que le devolvió el espejo no era la suya, eran sus labios, su pelo, esa cicatriz en la frente que no podía recordar cuando apareció ni porqué. Eran sus ojos, pero no era su mirada, no la que él conocía, esa que le hacía vulnerable desnudándole por dentro.

No era su mirada y empezaba a pensar que ni siquiera era él. Frunció el ceño desafiándola pero no obtuvo más respuesta que una muda indiferencia. Retrocedió sobre sus pasos con la angustiosa certeza de que aún era demasiado pronto para enfrentarse a su reflejo y salió de la casa derrotado.

Julia le estaba esperando en el jardín con Golfo jugando entre sus piernas.

-¿Sabes qué? Mamá me ha contado que cuando erais pequeños jugabais en la playa a piratas y que...

Alex saltó la valla al mismo tiempo que el pequeño gato huía despavorido. Se sentó al lado de la niña y recordó con ella tiempos pasados. Poco a poco dejó que su charla y el incesante parloteo de Julia le transportaran a los momentos más dulces de su vida.

Imaginaba que era un pirata cuando jugaba con su espada de madera mientras Lucía planeaba rutas imposibles para encontrar el tesoro escondido. Realmente creía que en algún lugar no muy lejos de la playa, un cofre lleno de secretos aguardaba impaciente a ser descubierto.

-Vamos Alex, sé que está aquí, ayúdame a desenterrarlo.

Y se pasaban la tarde entera cavando un hoyo inmenso en la orilla. Cuando el agotamiento podía finalmente con ellos regresaban a casa cubiertos de fina arena. Al día siguiente Lucía marcaba una nueva ruta, Alex se ajustaba su espada en el cinturón y vigilaba con un catalejo improvisado que fueran los únicos piratas de la costa.

Pero por más que lo buscaron nunca consiguieron encontrarlo.

-Julia, el abuelo te está esperando.

-Está bien –dijo la pequeña arrastrando las letras con resignación- Alex tengo que irme pero ¿me prometes que otro día vamos a buscar el tesoro de mamá?

-¡Claro que sí cariño! Me llevaré mi espada de madera.

Lucía ayudó a Alex a levantarse del suelo y ambos salieron por la puerta como cada tarde. Sólo habían pasado dos meses desde que él llegó al pueblo pero no habían encontrado ninguna dificultad en adaptarse de nuevo el uno al otro.

Iban a la playa, ya se había convertido en un ritual. Tumbados en la arena podían pasarse las horas hablando, tenían mucho que contarse. Alex viajaba con ella a Londres y ella descubrió los primeros días de él lejos de allí. Su primer trabajo, su primera casa, por llamarlo de alguna manera. Lo que hizo, lo que dejó de hacer, lo que quiso hacer y no pudo. Pero sin embargo había algo que aun no se había atrevido a contarle.

-Todavía no te he contado que es lo que hago aquí

-Lo sé, pero ¿Sabes? Sé que algún día lo harás y yo estaré aquí para escucharlo.

-No es fácil

-No lo dudo

-Ni siquiera sé por donde empezar, ni siquiera estoy seguro de lo que ha pasado. Sigo dándole vueltas, tratando de entender. Me encantaría comprender algo, lo que sea, pero no..., no puedo.- confesó con un suspiro.

-Pero podrás, sólo tienes que seguir intentándolo. Nunca te he visto darte por vencido.

-Eso es porque nunca antes me habían vencido – contestó Alex con toda la resignación de la que disponía mientras Lucía se hacía un hueco entre sus brazos.

Y ya no dijo nada más, no habría sido capaz de contener las lágrimas. Lucía siguió hablando durante horas, tratando de hacerle entender que por muy mal que estuvieran las cosas, al final siempre había una salida y que por mucho que le costara verla nunca había que dejar de buscarla.

-Y si aún así sigues sin encontrarla, la haces y si no te apetece, te aguantas. Pero no te conformes, Alex ese no eres tú. Puedes salir de esto, sólo tienes que convencerte de que puedes.

El cuerpo de él empezó a estremecerse mientras lloraba. Igual que el ángel de su relato, el protagonista de la historia que todavía no era capaz de escribir. Alex estaba roto por dentro y Lucía con la cabeza sobre su pecho, podía sentir todo su dolor.

Pero ella siguió hablando mientras el tiempo les daba la espalda y el sol se ponía sobre ambos. Tumbados sobre la arena, en el mismo lugar en el que años atrás habían buscado incansables un tesoro que parecía no llegar nunca.

El mismo lugar en el que habían renunciado a su sueño, cansados de no encontrar nunca nada más que arena.

El mismo lugar que esa noche les concedía el regalo de encontrarse el uno al otro, cediéndole a la playa la imagen más tierna que había contemplado jamás.

10 comentarios:

joshua dijo...

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Anónimo dijo...

Holaaa!!!
Bienvenida de nuevo!! jejeje
No me hizo falta volver a leer la primera parte (la recordaba totalmente. Es lo que tienen las historias que te gustan, que no se borran tan facilmente del recuerdo...).
Ha sido ver en el foro que decías que era la continuación y saltarme el "orden de publicación" para venir a saber más!! jejejeje :P
Digamos que... la frase de Oski era fácil de encajar en la playa de tu relato, pero... me ha impactado muchísimo como has sido capaz de encajar la frase de esta semana con la de Tormenta...
Lo cierto es que son tres frases que "condicionan bastante". Un pirata, un espejo y un ángel... no era fácil y tú lo has hecho de lujo!! Y te lo dice alguien a quien le ha resultado bastante complicado escribir con ellas por separado... :S
Desde que empecé a leerte me enganchó tu forma de escribir y siempre he pensado que eres de los que no decepcionan semana tras semana, sea la frase que sea. Pero esta vez te has salido del mapa y por triplicado!!
Me quito el sombrero ante esto... aún así... pido más y quiero saber!! Que continúe esta historia y que Alex nos cuente... ¿vale?
Un besito enorme y mil aplausos cuentista!!
Un placer volver a perderme entre tus letras!! ;)

Anónimo dijo...

Precioso relato, muy bien enlazadas las frases. La foto es preciosa.

Salu2.

Anónimo dijo...

¡hola!

Me gustó tu relato. Cambiaba totalmente según la frase, pero estaban muy bien unidas.

No leí la primera parte, y no sentí que le faltase nada.

saluditos!

Laura Luna dijo...

A pesar de que el ritmo es mejorable, describes muy bien los sentimientos y has sabido enlazar muy bien las 3 frases de Cuentacuentos :) Si sigue la historia, valoraré mucho el esfuerzo de poderla enlazar bien :D
También debo hacerte un pequeño apunte ortográfico, y es que "vaya", en el sentido de "barrera", ha de ir con "ll" ;)
Un besote,
Mun Light Doll

Carabiru dijo...

Me gusta me gusta me gusta!!
Y además me huele a tercera parte!!
Sí señor!

Jajajajaa, Salu2

Roadmaster dijo...

Me he leído las 2 partes del tirón y ¡¡¡quiero saber qué le pasó a Álex!!! ¡Aaaargh, 3ª parte YA!

Pedro dijo...

Me ha gustado mucho, un montón. El ritmo es lento, ya acentúa lo melancolico del relato. Esas descripciones me parecen perfectas. Pero el punto fuerte son los dialogos, de una contundencia fabulosa.

Yo también me alegro de tu regreso.

Un saludo,

Pedro.

Pugliesino dijo...

Y ahora acudo a leerte lo que debería (y es un placer hacerlo) haber leido antes de que las circunstancias trastocaran el orden a seguir,y se hace dificil pero no quería perderme tu relato.Acertadísima la forma en que encajas las distintas frases en una misma historia sin que se distinga nada que perturbe su desarrollo.Quedaría en estos momentos en esa playa,si pudiera detener todo salvo las olas permanecer en ella,entre sueños de pirata que ya halló su tesoro,la vida.
Una historia de algo mucho mas terrenal que un angel,reflejas el ser humano,y esos autenticos ángeles llamados sentimientos.
Preciosa entrada toda ella.Un abrazo enorme luchadora!

Anónimo dijo...

Fui a leer la primer parte, pero nada más leer la primera línea ya sabía de que relato se trataba!! jeje y me acordaba perfectamente pq me gustó mucho!! Y esta continuación tb me ha gustado mucho aunque...si te digo la verdad... me has dejado con la intriga de saber qué le pasa a él!!! ¿Nos lo vas a contar? Espero que sí... (me pueden las intrigas jajajaja)

Besillos!!

PD: no hay nada que agradecer.