martes, 22 de abril de 2008

La última vez

La última vez que se vieron eran todavía adolescentes. Él soñaba con marcharse lejos, a otra ciudad o tal vez a otro país, a otro mundo con otra gente, con otros colores y puede que un olor diferente. Ella soñaba con huir a su lado.

La última vez que se vieron la vida era sencilla y el amor no dolía demasiado. No conocían la decepción y nunca habían oído hablar del desengaño.

Se amaban por encima de todo, como si cada instante fuera a ser el último a su lado. Amaban con toda su alma pues la conservaban intacta, el dolor no había dejado aún cicatrices grabadas.

La última vez que se vieron no conocían el sabor amargo de los besos, ni el veneno de los labios después de pronunciar un "te quiero" sin sentirlo demasiado.

Tampoco conocían la derrota porque entre sus cuerpos no quedaba espacio para las batallas, ni para las mentiras, ni siquiera para las lágrimas.

Conservaban la ilusión de los niños, el brillo en los ojos y la sonrisa tallada en el rostro. Amar era fácil, era casi un juego, de esos divertidos en los que las reglas sirven para protegerlo dentro de unos límites sin que lo lleguen a limitar del todo.

La última vez que se vieron se entregaban el corazón el uno al otro, entero, intacto, sin que le faltara ningún trozo y sin miedo a que se rompiera entre sus manos.

Pero se rompió, estalló en mil pedazos, todo dejó de ser fácil, el juego dejó de tener gracia, derramaron todas sus lágrimas, se les borró la sonrisa del rostro y se les partió en dos el alma.

La última vez que se vieron él tuvo que viajar a otro mundo y ella, ella aún sigue esperando.

7 comentarios:

tormenta dijo...

desolador, muy triste, desesperanzado y sencillo, eso es lo que me sugiere tu pequeño relato Sara. Bonito.

te mando un beso, :)

Josu Ansoleaga dijo...

Bonita historia llena de sentimiento (aunqe breve pa mi gusto..me hubiese gustado conocer más a fondo esa relación, ese amor tan perfecto y completo..teniendo en cuenta que son adolescentes)

lo que me ha hecho pensar nada más leerlo es lo curioso qe es el amor: se muere cuando amas y él, y ese amor, nunca se borrará del recuerdo...pero si se muere cuando ya pasó el amor, pero sigue la vida en direcciones opuestas, pues eso...una muerte más, quizá dolorosa (dolorosa tal vez porque sigamos sin asumir la muerte como proceso natural)
probablemente, y si habia amor verdadero, ella ocuparia un lugar predominante en la sucesion de las ultimas imagenes de él antes de expirar...
:| bno, no me vy a enrollar más.

hasta uotra sara!

ciao

Anónimo dijo...

Precioso, pero muy triste!!!! Ay como empiezo la mañana!

De todos modos, me alegro de haberte leido, aunque ahora esté hecha una pena! Jejeje.

besos

Pugliesino dijo...

Un estrecho pasillo entre la nada en donde conviven sueños y realidades,amalgama de sentimientos,un instante tan solo,la vida.
Trágico y bello relato.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

"[..]el veneno de los labios después de pronunciar un "te quiero" sin sentirlo demasiado[..]"

Me ha encantado esa frase, genial. Y el resto.. tb, un poco apresurado quizá el final, pero sólo quizá.

un saludo!

Galamina dijo...

Jo... ese tipo de despedidas hacen que el alma se muera un poquito por dentro y no vuelva a ser la misma, las cicatrices no desaparecen nunca del todo.

Sencilla, guía de un final irremediable.

Paula dijo...

Que triste, pero que bonito y que bien describes cuando se ama con el corazón que aun no ha sido dañado.
Enhorabuena por tu relato!