lunes, 27 de abril de 2009

Jueves: Primera parte

CLAUDIA

Las palabras llegaron, como si tal cosa, cuando dejó de buscarlas, sonrió al cielo y se incorporó sentándose en el banco. Abrió su cuaderno gris y empezó a escribir con fuerza. Tal y como siempre hacía porque a ella nunca le gustó escribir con un teclado, con un teclado las palabras nunca venían para quedarse.

No sabía sentarse delante de un ordenador en una habitación cerrada, prefería escuchar al viento susurrando en su oído todo lo que necesitaba escribir. Le gustaba equivocarse mil veces y tachar con una raya lo que no encajaba en su cuento. Con un teclado no podía hacer eso. Con un teclado borras y empiezas de nuevo olvidando tus errores, como si no fueran importantes, como si no te ayudaran a hacer mejor las cosas.

Él la miró desde lejos y la observó paciente, regodeándose en aquel ritual prohibido, saboreando cada segundo a solas con su silueta perfecta. Ella tenía esa belleza natural e inconsciente que es incapaz de pasar inadvertida. El pelo cayendo sobre sus hombros y su cabeza agachada le daba un aspecto mucho más misterioso. Se inclinaba sobre el cuaderno con una fiereza brutal, mordiéndose el labio, como si en el fondo le molestara la velocidad a la que escribía. Permanecía en una especie de trance perfecto, y cualquiera habría jurado que no era ella la que escribía, que había alguien más mandando sobre el bolígrafo, llenado las páginas de su cuaderno gris.

Era joven, lo decía su cuerpo, entre los veinte y los veinticinco, no más. Pero sus gestos, sus movimientos, hasta la luz de sus ojos te gritaban lo contrario. Parecía que había vivido demasiado, que había visto demasiadas cosas.

De repente paró, levantó la cabeza y clavó los ojos en él como si supiera que la estaba observando desde hacía un rato, como si lo hubiera sentido desde el principio. Le dirigió una sonrisa divertida y volvió a bajar la vista al cuaderno, aunque esta vez escribía sin prisa, le estaba esperando.

-¿Cómo te llamas?- le preguntó sin ni siquiera mirarle cuando le sintió sentarse a su lado.

-Marcos- respondió a sus ojos grises asumiendo su derrota, había subestimado su juventud demasiado pronto. Ella poseía el instinto de los ganadores, de los que saben que tendrán éxito en cualquier cosa que se propongan, Marcos se rindió, ahora le pertenecía.

-Te he escrito un cuento, Marcos- dijo arrancando las hojas y firmando al final de la última.

-Claudia…-leyó él- Y dime Claudia ¿cómo has podido escribirme un cuento si ni siquiera me conoces?

-No necesito conocerte para escribirte un cuento, sólo necesito que sea el cuento el que te conozca a ti- dijo sosteniendo su mirada- Son los cuentos los que nos eligen Marcos.

Sonrió, sonrió por dentro porque le sabía cazado y sonrió porque había sido demasiado fácil aunque lo cierto, es que sonrió demasiado deprisa porque no sabía lo que vendría después, no sabía dónde se estaba metiendo.

Se levantó de un salto y metió su cuaderno gris en su bolso mientras Marcos leía ensimismado la primera frase de aquel cuento.

-¡Espera!

Ella frenó en seco y se giró mientras andaba de espaldas y seguía sonriendo.

-¿Sabes? me gusta venir a escribir aquí, Marcos. A esta hora, todos los jueves, es el día en que las palabras vienen solas.

Y giró de nuevo, se alejó dejándole en el mismo banco donde había estado minutos antes, tumbada, mirando al cielo, buscando cuentos.

jueves

-Es perfecto Cata- dijo abrazándola por la espalda y besando su pelo

-Eso es porque no es del todo cierto - pensó para ella, mientras acariciaba con las yemas de los dedos el dibujo que Miguel acababa de darle.

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Imagen: Autor desconocido

9 comentarios:

Ángelicaladas dijo...

Me gustó porque cuentas una historia completa y a la vez sin final concreto. Has mezclado lo místico de la inspiración con lo cotidiano de una observación y me ha llegado al alma el párrafo de los renglones tachados, toda una declaración de principios. Los errores también importan.
Besos angelicales.

Jan Lorenzo dijo...

Que triste, no?? Me he leído las dos partes, para captar toda su esencia, y me parece muy triste...

Muy bonito lo que has escrito, eso sí!

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Brujita dijo...

me ha atrapado... esa sensación de misterio que la envuelve a ella, esa manera de escribir...

besines embrujados

Sara dijo...

Me encantan los personajes complicados... ;)

tormenta dijo...

Muy bonito Sara:) y como siempre estupendamente escrito. La historia esconde muchas cosas...y aún no sé dónde nos vas a llevar ( las frases finales reconozco que me han desconcertado un poco) Así que esperaré al desenlace, quedándome con una dulce sensación.

Muchos besos, encantada de verte de nuevo.

Pugliesino dijo...

Es el escribir en su momento de ser. Cada idea, cada línea, cada pensamiento o suceso, cada palabra ocupando su lugar en esa historia que va configurándose en su mente, y que prescindir de alguna de sus partes cambiaría el devenir de los acontecimientos.
Un abrazo Sara
Ah :) de nada. Fue que caí por culpa de la conexión. Pero habrá mas ocasiones!

Jara dijo...

Vale me he leido la primera parte y creo q por ello he entendido las ultimas frases después de la imagen, y por el momento me engancha, así que me esperaré al siguiente capítulo para saber como continua la historia.

besotes

Óscar Sejas dijo...

Recuerdo que hace mucho, quizás demasiado tiempo, yo venía por aquí a menudo y leía lo que escribias cada semana.

No sé porqué dejé de hacerlo. Quizás perdí la costumbre o la desidia ganó la batalla. Espero corregir ese defecto a partir de ahora así que si me lo permites, quedas desde ya añadida a los links de mi blog.

Y bueno, en cuanto al relato, ¿qué decirte?

Decir que me ha gustado sería mentir, porque me ha encantado. He imaginado ese parque como el del Retiro.

No me he leído la anterior parte por lo que al igual que a Tormenta me ha desconcertado un poco la frase final, cosa que no me desagrada en absoluto porque me va a llevar a indagar más en la historia.

Un abrazo.

Esther dijo...

Me gustó mucho y me encantó tb esa forma de ver las cosas: "son los cuentos los que nos eligen a nosotros", quizás a veces sea así.

Encantada de pasarme por aquí :)

Saluditos.